martes, 16 de noviembre de 2010

EL VINO DE TODOS LOS DÍAS...


¿ A quién no le gusta disfrutar de una copita de vino mientras come, o cuando ve la tele o simplemente para relajarse o tener una charla amena con algún amigo, novio (a) etc?

El vino, como es bien sabido, es una
bebida que se produce de la fermentación de la uva, sin embargo, para que este proceso se lleve a cabo se deben de hacer una serie de acciones que comienzan desde elegir al tipo de uva ( cepa) adecuada dependiendo del tipo de vino a elaborar hasta la botella en la cual terminara dicho elixir.

Actualmente somos más y más los mexicanos que optamos por acompañar los alimentos con el vino, no lo digo por desacreditar a cualquier otra bebida ( con o sin alcohol) sino porque, a pesar de ser una bebida legendaria, el vino, en los últimos años, ha adquirido más y más importancia en el mundo gastronómico, no sólo como ingrediente en la preparación de alimentos sino como acompañante de éstos!

Tomar vino, no se trata sólo de pasarlo por la boca y hacer que llegue al estómago, sería una burla total a toda la vitivinicultura si hiciéramos esto, personalmente, la idea de degustar un buen vino se basa en apreciarlo y sobre todo conocerlo, ya que como dije antes, la uva, antes de llegar a la botella misma , paso por
un largo camino, desde el momento en que fue selecta para la elaboración de éste, y si el producto final fue un exquisito vino tinto de Burdeos por ejemplo, ¿se pueden imaginar todos los elementos naturales y humanos que tuvieron que interceder para que llegara a nuestra copa un producto de calidad excepcional?

El vino sólo ya es una delicia y en compañía, como mencione al principio resulta aún más placentero, sin embargo, y no me dejarán mentir, una de las maravillas que tiene el
vino es que tiene la capacidad, a diferencia de muchas bebidas, de conjugar sus sabores, aromas y características con otros ingredientes! Se llama maridaje, del francés maridage ( matrimonio) a la unión entre el vino y un alimento! Por ejemplo, un vino blanco seco, con cepa chardonnay, por su acidez y notas a cítricos podría hacer un excelente casamiento con un ceviche de callo de hacha que cumple también con éstas características, o un tinto de petit shiraz con un estofado de cordero... y no nos limitemos a cosas saladas, abramos nuestra mente e imaginemos una deliciosa tabla de quesos franceses, españoles u holandeses con nueces y frutos secos acompañados de por un delicioso moscatel o un sauternes, conjuguemos el vino con comida mexicana , italiana o chilena, disfrutemos sus aromas y sabores con chocolates belgas! Son tantas las formas y las posibilidades que la lista nunca terminaría.

Y no hablo de ser un experto conocedor de vinos y alimentos para poder hacer todo esto, basta con apreciar al vino, porque al apreciarlo valoramos todos y cada uno de los momentos que éste nos brinda, con o sin alimentos, con o sin acompañantes, disfrutar una copa de vino es también disfrutarse uno mismo.

Á votre santé! Salud!



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